lunes, 28 de octubre de 2013

Actividad 3. Glogster



Autores: Carlos Alcaraz López, Jose Manuel Lozano González y Daniel Valverde Crespo
Actividad 3. Autor de la reflexión: Carlos Alcaraz López

GLOGSTER.

Teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad en la que todo está, de alguna forma, dirigido o regulado por la tecnología, no podemos ignorar la importancia que dichas tecnologías suponen par nuestros alumnos, y, por lo tanto, para sus profesores. Si queremos llegar a ellos no tenemos más remedio que intentar expresarnos de forma que ellos nos entiendan, y  los avances tecnológicos son una buena manera de mantener la comunicación con un público complicado que usa las nuevas tecnologías como forma de comunicación discreta. Incluso son capaces de crear y usar nuevos lenguajes escritos (como por ejemplo el de los mensajes de texto) para hacer su comunicación más rápida, precisa y, al mismo tiempo, complicada para todo aquel que no esté acostumbrado a usarlos.
El uso de nuevas tecnologías en las aulas nos aporta un plus de atención por parte del alumnado que deberíamos tener en cuenta y aplicar lo más habitualmente posible, ya que corremos el riesgo de quedarnos apagados, tecnológicamente hablando frente a chicos cuya forma de expresarse pasa inevitablemente por el uso de las nuevas tecnologías.
La práctica realizada nos introduce en una de las innumerables posibilidades que tenemos a nuestro alcance para que no se produzca ese “apagón comunicativo” del que hablaba anteriormente. Tenemos tanto la necesidad como la obligación de aprender nuevos caminos que nos lleven al objetivo marcado: Que los alumnos aprendan y asimilen correctamente la información que le enviamos y que sepan como buscarla por sus propios medios.

lunes, 21 de octubre de 2013

Actividad 2. Autor de la reflexión: Carlos Alcaraz López

MEJOR PROFESOR DE SECUNDARIA.

En aquella época la ley de educación vigente era la LODE (1985) aunque no hubo demasiada diferencia para el alumnado, con la LGE (1970), o, al menos, no notamos variación sustancial en relación a las asignaturas o en la estructura de la educación.  Entre los muchos profesores, buenos y no tan buenos, e, incluso, malos, de aquellos días, cabe destacar a José Luis, un profesor que impartía matemáticas en 3º de BUP y química en COU en los años ochenta y largos en un colegio religioso. José Luis fue un profesor diferente, que no necesitaba esforzarse para caer bien, simplemente, nos caía bien. Su manera de dar clase no distaba mucho de otros profesores pero sus formas eran diferentes. Su forma de tratarnos era sencilla y directa en un lenguaje que entendíamos que no daba lugar a demasiado “colegueo” pero que nos resultaba cercano. Era un gran comunicador que llegaba a nosotros con sencillez, mediante ejemplos que comprendíamos sin esfuerzo pero al mismo tiempo era exigente con nosotros y con nuestro trabajo diario. Esta forma de trato y de enseñar consiguió que las asignaturas que más me gustaban de aquella época fueran, precisamente, las matemáticas y la química.
En la otra parte de la balanza se encuentra Salvador, profesor de Filosofía (Psicología más que Filosofía) de 3º de BUP. No puedo hablar mal de su forma de explicar. Era claro y solía explicar bastante bien, pero su actitud en clase dejaba bastante que desear. Un profesor que no tiene problemas en ridiculizar a sus alumnos o alumnas delante de los demás, incluso, por defectos físicos o de la forma de hablar, no debería dar clase. Me demostró que no todo el mundo debe ser profesor. Era autoritario, distante y poco preocupado por el alumno. Sin duda, un mal ejemplo para todos.
No recuerdo ningún problema que no derivara de una falta de estudio o de atención en clase y que no se solucionara, simplemente, estudiando más o poniendo más atención. Tal vez el hecho de que fuera una persona grande a esa edad (1.81m, igual que ahora) pudo suponer alguna dificultad a la hora realizar determinados ejercicios en Educación Física pero los superé con un poco de esfuerzo.

Reflexión sobre la actividad por Carlos Alcaraz López:
El objetivo de la actividad es intentar recordar lo mejor y lo peor de nuestros profesores de secundaría y de cómo éstos pueden ser decisivos a la hora de que una asignatura nos guste más o menos. Este recordatorio nos debe llevar a desechar malos ejemplos y proponer actitudes que fueron más positivas en nuestra educación. Para este objetivo, debemos tener en cuenta el tiempo que ha pasado desde que estábamos en secundaria/BUP hasta ahora. Dudo que los estudiantes de hoy sean tal y como yo era hace 25 años. A pesar de esto, podríamos llegar a algunas las conclusiones válidas para hoy en día.

Al mismo tiempo, el hecho de intentar recordar algún escollo que hubo que salvar y de cómo se salvó nos guiará a la hora de desempeñar la docencia intentando no caer en los mismos problemas o saber cómo resolverlos.
Actividad 1. Autor de la reflexión: Marta Pastor Belda

CÓMO SER UN BUEN PROFESOR/RA SIN RIESGO A PARECERLO.

Según Barbara Larrivee podemos encontrarnos con tres tipos de reflexión, la reflexión descriptiva, la dialógica y la crítica. Según esto, y siempre desde mi punto de vista, la reflexión realizada por Marta Pastor contiene una pequeña parte de prerreflexión (que no se considera una reflexión) cuando resume las características  del profesor que describe el texto, para pasar a una reflexión en su mayoría descriptiva. En esta parte, la autora da su opinión de cómo debe ser la relación entre profesor y alumno, haciendo hincapié en mantener a toda costa la ilusión en los alumnos.
Por otra parte, y, en referencia a la fábula del texto, Marta realiza opina que el comportamiento del profesor debe mantener los principios propios en todo momento.

Reflexión sobre la actividad por Carlos Alcaraz López:

Con esta actividad hacemos un primer acercamiento a los diferentes tipos de reflexión según Barbara Larrive, descriptiva dialógica y crítica. Al mismo tiempo, se nos da una oportunidad para plantearnos ciertos comportamientos que podrían aparecer en compañeros en un futuro y sobre los cuales nos hace reflexionar. El objetivo global de la actividad es que aprendamos a realizar reflexiones críticas sobre un texto que nos habla de la conveniencia o no, de seguir nuestro propio camino o dejarnos llevar por otras opiniones o comportamientos externas que podrían sumir nuestras tareas como docentes en la apatía o el desdén.
Actividad 0. Autor de la reflexión: Carlos Alcaraz López

CÓMO SER UN BUEN PROFESOR SIN RIESGO A PARECERLO.

“Lo importante en la vida y en la escuela es la esencia y no la apariencia”. Con esta frase, con la que se inicia el artículo, podría concluirse la disertación del mismo.
Hoy en día, la objetividad o la subjetividad, el acierto o el error, lo correcto o lo incorrecto, se enmascaran en función de un ¿qué dirán? o, peor aún, un ¿qué pensarán y no dirán? Existe tal preocupación por caer bien, por no molestar, por ser políticamente correctos,… que, en el mejor de los casos, se adaptan, y, en otros casos, se modifican las opiniones o actuaciones dependiendo del público o foro al que vayan destinadas y siempre con el objetivo de no sobresalir, de no ser diferente o de no parecerlo, no vayamos a encontrarnos con alguna mueca de desaprobación.
Estas actitudes me recuerdan a una funcionaría ( y también amiga) que en su primer día de trabajo le dieron el siguiente consejo: “Resuelve el mismo número de expedientes que los demás, no vayan a pensar que no trabajamos lo suficiente o que no nos esforzamos lo necesario”. ¡En fin, sin comentarios!
Coincidiendo con el autor del artículo, “Lo que merece la pena, merece la pena hacerlo bien” y por esa razón espero no caer en la desazón y mantener siempre el camino honesto e iluso de educar, enseñar y ayudar a todo aquel que me quiera escuchar.